Desensibilización sistemática de fobias

13.03.2024

La terapia de exposición busca modificar la sensibilidad ante los estímulos que generan angustia o temor. En este proceso, el paciente se enfrenta de manera sistemática y segura a las situaciones que le causan conflicto o a los estímulos que desencadenan ansiedad o miedo. A través de esta exposición controlada, el individuo puede aprender un nuevo patrón de respuesta, debilitando las asociaciones previamente aprendidas y reduciendo progresivamente el miedo asociado.

Esta terapia requiere una sólida alianza terapéutica y la toma de conciencia por parte del paciente sobre los mecanismos de evitación que utiliza. A menudo, se combina con otras técnicas como autorregistros, técnicas de respiración, reestructuración cognitiva y autoinstrucciones (Labrador, 2009).

Jerarquía de Estímulos

La creación de una jerarquía de estímulos es fundamental en la terapia de exposición. Esto implica ordenar las situaciones generadoras de ansiedad según su intensidad. Estos estímulos deben ser realistas, concretos y relevantes para el problema, y cuantificados en función de la intensidad de la ansiedad que generan (Labrador, 2009).


Ejemplos de Terapia de Exposición para Fobias Comunes

A continuación, se presentan algunos ejemplos de cómo se llevaría a cabo la terapia de exposición para algunas fobias comunes:

Fobia Social: se identifican las situaciones sociales que generan ansiedad y se exponen gradualmente, comenzando por las que provocan menor ansiedad, como aumentar la interacción con vecinos o personas poco conocidas, hasta llegar a situaciones más desafiantes como asistir a eventos sociales masivos.

Zoofobias: se exponen a representaciones de animales que presentan características ansiógenas leves, como gatos bebés, y se avanza gradualmente hacia estímulos que generan mayor ansiedad, como gatos adultos con actitudes amenazantes.

Aerofobia: la exposición se realiza principalmente a través de simulaciones computarizadas que reproducen sonidos y sensaciones asociadas a volar en avión.

Claustrofobia: se lleva a cabo una exposición progresiva a lugares cerrados, comenzando por situaciones que generan menos ansiedad, como cerrar la puerta del baño con llave, y avanzando hacia experiencias más desafiantes como viajar en ascensor.

Agorafobia: se busca exponer a la persona a lugares cada vez más abiertos y concurridos, comenzando por salir a la calle y avanzando hacia eventos públicos masivos.

Acrofobia: se utiliza la exposición gradual a alturas, comenzando por mirar por ventanas de pisos bajos y avanzando hacia lugares más elevados.

Hematofobia: dada la dificultad de acceder a muestras reales, la exposición se realiza a través de fotografías y videos que representan procedimientos médicos relacionados con sangre, desde heridas leves hasta procedimientos más invasivos.

La terapia de exposición ofrece un enfoque efectivo y personalizado para superar las fobias y ansiedades, permitiendo a las personas recuperar el control sobre sus vidas y enfrentar sus miedos de manera gradual y segura.


Bibliografía

▪ APA (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales: DSM-5. Madrid. Editorial Médica Panamericana.

▪ Labrador, F. (2009). Técnicas de Modificación de Conducta. Madrid. Psicología Pirámide.

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